sábado, 30 de enero de 2010

Trayecto Natural

Cierro los ojos, el camino es conocido, mi memoria falla, coloca arboles y casas donde no las hay. ¿Que tan real es este relato?

En lo lejano, una humadera de un hogar cualquiera, quizás no haya nadie alrededor, pero el fuego arde, y quema mis ojos.

Al fondo, alborotadas nubes que intentan señalar un horizonte vertical, otra casa, más humo.
Pequeños en pelotados, hasta el cuello, suciedad adquirida en un minuto de pasión. No les impresiona como el sol baja y les oscurece sus miradas. Es que está en su sangre, no necesitan de la luz para saber donde patear.

Las ruedas de este trayecto no se detienen por ningún motivo.
y más y más arboles, y más arboles, y más todavia.
Siempre le ando buscando las razones a los quehaceres, (que torpe manía), desde ahora solo busco dirección. Anque confieso culpable, que es delicioso lanzar palabras al azar y unirlas como un sí nada. O simplemente anotar lo que tus ojos ven. Un montículo y barreras, un pensamiento, más arboles y 1313. El reloj lleva ya 6 horas de retraso, voy en camino a la abrumadora soledad de mi refugio material, finalizando por fin este rito, como corresponde.

Se han acabado las nubes, no así los arboles que forman el piso de un cielo vacío que solo levanta mi ego, hasta un horizonte diagonal. La cordillera de fondo. Una linda idea embarga mi mente, mientras un objeto volador la distrae, y entonces la termino por olvidar.
La luz se mira en mi lápiz, expulsando una gama infita de colores, no pudiendo evitar traer a mi mente a la persona que me los enseñó. Que me hizo ver el mundo como es; en colores. Mi Gorda.
Mientras recuerdo sus charlas sobre negaciones y demáses, brutalmente mi imagen es traída al presente; el auxiliar ha pedido mi boleto. Para evitar momentos embarazosos, siempre lo traigo en mi mano. Con un destino definido y aclarado, me dispongo de nuevo.
Al entrar unos pocos rayos de sol por la ventana, pienso en cuanto lo detesto, y a su abrasante calor y como un hermoso día-lo que llamamos "hermoso día"-para mi es un martirio físico y mental. Entendiendo por supuesto que sin luz, los colores no existen y de los cuales disfruto tanto de mirar.
Me ahoga, me sulfura, me entorpece e idiotiza. Nada que hacer. No como la noche, o la poca claridad de un día nublado, que me alzan a vivir, pero no mucho ver.
En un cielo por fin completamente despejado, la vida por fin enseña el verdadero horizonte.

El bus, lleva minutos parado, y no escribo sino hasta que empieza a andar. ¿Acaso mis ideas se detuvieron con el? Quizás.
No valoro la pérdida del movimiento, y prefiero luchar contra la turbulencia y las calles deterioradas, este escribo parece el primero de un infante.
Pensaba dormir, muero de sueño, el fin de semana estubo agotador. Nunca nadie sabrá porqué. Ni siquiera los involucrados.
Un olor conocido me vuelve a distraer, llama por completo mi atención. Caigo en que el bus sigue detenido, entonces me pregunto, y no por primera vez;
escribir, ¿es soñar despierta?
tan lejos, ¿es tan cerca?,El bus parte.
extrañarte, ¿es amarte?
poder soñarme, ¿es pensar en mi?
más arboles, ¿es menos camino?
tu voz, ¿es un sentimiento vivo? Oh, yeah.

Pienso en la sicología, mientras veo terrenos llanos, donde la máxima altura la alcanza una casa en medio de todo.
El camino se angosta, acabo de ver una publicidad a la entrada de un pueblo, transitorio del trayecto que preferia no haberla visto nunca. Como duele, cuando me tocan a los pequeños. De esto no digo más.

Falta poco para todo, terminar el año académico, el año, mi cumpleaños número 20,-lo que representa todo un suceso-, navidad y el comienzo de un expectante año nuevo.
Estubo nuevamente difícil este año, lleno de impresionantes cambios, siento que imposiblemente puedo salir invicta.

Al escribir, los rayos sombrean mi mano, hasta que un cerro envidioso atrapa los últimos instantes del día. El bus gira y me enfrenta cara a cara con el sol, pero ya no molesta, es débil y entre arboles me permito ver su curvada silueta. Lo dejo ahí, lo odio tanto, como para ponerme a contar vacas, entre unas cien o mas, me entretengo, jamás habia visto como levantan las patas traseras, que simpática portada. Con mi mejor español, guardo el lápiz y descanso la ruta, no quiero dormir, quizás en mi cansancio pase de largo. Hace sueño.
Siento que esta noche en el silencio de mi vacío hogar pensaré, pensaré y me dormiré pensando, en cualquier estupidez, capaz que piense en sueño,soñar pensando, pensando que mientras sueño duermo.